En el año de 1881 pensó el Estado
establecer una fábrica de torpedos en uno de los puertos del litoral atlántico
de Cádiz, y el Ayuntamiento sanluqueño hizo una exposición al ministro de
Marina para que la instalación se hiciese en Bonanza.
Esta petición fue favorablemente
informada por el Ministerio, y por R.O. comunicada de 23 de diciembre del mismo
año, se dispuso que el emplazamiento fuese en el lugar pedido, en sitio que el
Ayuntamiento deslindó y señaló, haciéndose cesión de parte de él, que
pertenecía a los propios, y adquiriéndose el resto de particulares.
Las obras se concedieron en 10 de
agosto de 1882, a don Salvador Sabater en 171.426’85 pesetas, acumulándose
seguidamente los materiales y comenzando las obras, pero habiéndose faltado por
el contratista a determinadas condiciones estipuladas en el contrato, por
resolución del Ramo, de 26 de abril de 1844, se rescindió aquel, sin que
posteriormente se efectuase la obra, a pesar de las peticiones que el año
siguiente hizo el Ayuntamiento, a fin de que se reanudasen.
En 1890, el Arcipreste de la
ciudad solicitó el terreno que se había destinado para la fábrica, con objeto
de construir en él una iglesia de la que carecía Bonanza. El Ayuntamiento pidió
del Ministerio de Marina la devolución de aquel, lo que se llevó a efecto por
virtud de R.O. de 6 de diciembre del mismo año.
Pedro Barbadillo Delgado
Historia de la Ciudad de Sanlúcar
de Barrameda
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