viernes, 15 de agosto de 2025

Curiosidades de Sanlúcar de Barrameda 15/08/25

Corría el día sexto del mes de junio del año del Señor de mil seiscientos y ocho, cuando, con motivo de las festividades del Corpus Christi y de la corrida de toros celebrada en la plaza Alta, acaeció un suceso que habría de ser recordado por los siglos.
No se sabe a ciencia cierta si fue el propio don Pedro Rivera Sarmiento, o la persona a quien confiara el cuidado de la lámpara de la Santísima Virgen de la Caridad, quien olvidó añadir el aceite necesario para mantener viva su llama. Apagada así la luz, sobrevino, sin embargo, el portento: la imagen de la Virgen apareció milagrosamente iluminada, y de la lámpara comenzó a manar un aceite claro y abundante, que rebosaba y se derramaba por el suelo de la plaza de la Aduana. Grande fue la admiración del pueblo, que se apresuró a recoger aquel óleo bendito, aplicándolo sobre los enfermos, los cuales, al punto, comenzaron a recobrar la salud.
Desde aquel día se multiplicaron los testimonios de milagros obrados por virtud del aceite de la lámpara de la Virgen de la Caridad. Así, los vecinos de Sanlúcar de Barrameda, junto con los excelentísimos señores Duques de Medina Sidonia, suplicaron a don Pedro Rivera Sarmiento que cediese la sagrada imagen a la ciudad. Concedida la petición, fue ésta trasladada en solemne procesión, el día diez del mes de junio de mil seiscientos y ocho, desde su primitivo emplazamiento hasta la iglesia de San Pedro, quedando allí depositada para veneración de los fieles.

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