lunes, 21 de agosto de 2017

Sanlúcar y la Armada del Maluco: Septima Parte

El seis de septiembre de 1522 llega a Sanlúcar la nao Victoria, al mando del capitán Juan Sebastián Elcano, con un total de dieciocho hombres, de los doscientos sesenta y cinco que partieron tres años antes en la expedición y varios indios que  embarcaron en la isla de Tidore.

Antonio Pigafetta lo describe en su diario de la siguiente forma:

"Gracias a la providencia entramos el sábado seis de septiembre en la bahía de Sanlúcar..."

Más adelante dice:

"El lunes ocho de septiembre echamos anclas junto al muelle de Sevilla...."

Fernando Guillamas Galiano narra de la siguiente forma la llegada a Sanlúcar:

"La famosa nao de esta expedición llamada la Victoria mandada por su piloto Juan Sebastián el Cano, natural de Guetaria de Guipuzcoa, que acompañó a Magallanes en el descubrimiento del estrecho y desde allí arribaron a las Islas Molucas, regresó por el cabo de Buena Esperanza y las Islas de Cabo-Verde a Sanlúcar de Barrameda el día 6 de septiembre, con solo 18 compañeros flacos y destrozados; empleando en el viaje tres años menos catorce días, y fue el primer navegante que dio la vuelta al mundo, proporcionando la gloria a Sanlúcar de Barrameda de haber salido la flota de este Puerto, y de haber regresado al mismo con una sola nave de las cinco que sacó Magallanes tres años antes."

Más adelante explica:

"Navegó la espresada nao durante su viage 14.470 leguas. El Emperador Carlos V mandó que la espresada nave quedase en el Puerto de Sanlúcar en perpetuo reposo para memoria del suceso, y en este estado duró muchísimos años hasta que se fue cayendo a pedazos y desapareció."

Pedro Barbadillo Delgado por su parte nos dice al respecto lo siguiente:

"Fue tradición en Sanlúcar, que la nao Victoria, por orden del Emperador, quedó varada allí en su playa como recuerdo glorioso de la gran aventura que valió a Elcano las armas con la leyenda "Primus circundedisti me", y  que el tiempo, los elementos y los hombres fueron destruyendo el famoso buque hasta su total desaparición. A nuestro juicio esta memoria no pasa de ser una fantasía, carente en absoluto de fundamento, ya que no existe la menor referencia a ello en los documentos de la época, cosa que de ser cierta tendría que haberla".

Martín Fernández de Navarrete, presenta en su libro los apuntes de los gastos que causó la descarga de la nao Victoria, según los extractos de la colección de J. B. Muñoz.

"Ese día (7 de septiembre) se compraron cosas para enviar de refresco a la gente: vino, pan, carne, melones. Hallaron la Victoria que venía en las Orcadas, y los quince hombres enviados ayudaron a traerla hasta el puerto de las Muelas, porque la gente  della venia enferma y poca, juntamente con el capitán Cano, a quienes venía ayudando un barco de Sanlúcar."

También Mauricio Obregón en su libro "La primera vuelta al mundo: Magallanes, Elcano y el Libro Perdido de la Nao Victoria", explica:

"El 6 de septiembre recaló Elcano en Sanlúcar, donde hubo que remolcar a la Victoria hasta Sevilla... como tantas otras naves históricas, la Victoria desapareció..."

Nunca llegaremos a estar seguro si es cierta la leyenda de la nao Victoria abandonada en la playa sanluqueña, hecha pedazos y mezclada en la arena de Bajo de Guía, pero merecería que fuese realidad. Verdad o fantasía, siempre nos queda la ilusión de imaginarla entre las aguas saliendo de Sanlúcar camino de las islas de las especierías.


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