En el año de 1590 mandó el duque
don Alonso VII fabricar la venta de Bonanza, y veinte y seis tiendas de
comestibles, que se dice en la cuenta de su costo, estaban arrimadas, al sitio
que solía ser baluarte. Esto prueba que en el sitio de Barrameda, hoy Bonanza,
hubo un baluarte, mucho más antiguo para la guarda del puerto y que ya a fines
del décimo sexto siglo estaba deshecho. Pero conociéndose la precisión de le
hubiese allí para tener el respecto, los navíos extranjeros, mandó el señor rey
don Felipe IV al duque don Manuel VIII hiciese construir otro. Como en efecto
lo ejecutó este señor a costa suya, y de sus vasallos, que le sirvieron para
este fin con la cantidad de 52.160 reales de vellón, tocándole a Sanlúcar en
esta cuota, como principal interesada 4.400 reales de vellón.
Consta de cuenta por menor que
para en el archivo de la Casa del año 1627 en que está inserto un papel de
condiciones del maestro Jusepe López, obligándose a fabricarlo, en el mismo
sitio, dice, donde estuvo antes, otro fuerte o batería, confirmando con esta
expresión, lo que dejamos dicho. En los protocolos de Luis Díaz Palomino,
escribano público de Sanlúcar y peculiar de la Casa, que paran también en el
referido Archivo, se encuentra con fecha 16 de febrero de 1627 una escritura de
obligación hecha al duque, por Juan Ortiz y Francisco de Escalada, maestros
mayores albañiles de Cádiz, obligándose a hacer la expresada obra de
albañilería y cantería, consecuente con la intención y plano, expuesto por el
duque. De las noticias referidas consta que fue la fábrica de este fuerte el
año de 1627 y se comprueba con la del Archivo de esta ciudad al libro 11, folio
317 y en el mismo año, libro 11, folios 335 y 337. Se hizo cargo por el rey a
Sanlúcar de mantener en dicho fuerte seis soldados y dos artilleros. Y el duque
costeaba un condestable, y otros artilleros, como se reconoce por los libros de
acostamiento de la Casa, lo que duró hasta la incorporación y después se han
guardado estos fuertes, ya por vecinos, o ya por tropa arreglada de cuenta del
rey como sucede, desde principio de este siglo.
Este fuerte que se ha hallado
siempre hostigado de la arena, ocasionando en varios tiempos, el costoso
trabajo de las fajinas, a que se aplicaron alguna vez los muchos esclavos,
negros y moros que había en esta ciudad, se halla hoy casi subvertido con la
mucha, que por todas partes le han cercado, y casi abandonado de su guarnición
se ha mandado varias veces, desbaratarle, y aplicar, sus materiales a la
ampliación y forma más regular y firme, de el del Espíritu Santo, tenido es, y
con razón, por más necesario para custodiar la barra y boca del puerto.
Juan Pedro Velázquez Gaztelu
Historia Antigua y Moderna de la
muy Noble y muy Legal ciudad de Sanlúcar de Barrameda
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