En la revista del verano Sanlúcar
de Barrameda del año 2011, Francisco J. Bernal Vera publicó un artículo
titulado Alimentación en la Sanlúcar del siglo de Oro. Aspectos higiénicos-sanitarios.
De este artículo transcribo la
parte dedicada a la higiene en la Sanlúcar del Siglo de Oro:
Todo el esplendor económico del
que Sanlúcar hacía gala no se correspondía con la higiene de la ciudad, ni
mucho menos la de su gente. La higiene personal en sus habitantes era muy
deficiente o, más bien nula, contribuyendo a la aparición de enfermedades
contagiosas, como la sífilis, que se propagaban rápidamente sin poder poner
remedio.
La ciudad no se quedaba atrás en
relación a la falta de higiene. La basura en las calles era un mal general. Era
costumbre extendida el arrojar los desperdicios a la calle al igual que los
desechos al grito de “agua va”, dejar los restos de materiales de construcción,
hacer hoyos, etc.
Eran numerosos los bandos municipales que prohibían tirar a
la vía pública animales muertos, estiércol y aguas, o escombros y despojos
junto a las murallas y los arrabales (zona del Barrio Alto). Se carecía de
alcantarillado y canalizaciones por lo
que con frecuencia corrían riachuelos de aguas sucias. En aumentar la suciedad
se encargaban también los numerosos animales existentes: ovejas, cabras,
cerdos, y, sobre todo, caballos y bueyes que tiraban de los carros creándose
crónicamente zanjas en el empedrado o enladrillado, sobretodo afectaba una vía
principal que era la actual Sebastián Elcano (antigua Cuesta de Ganado).
Debemos tener en cuenta que Sanlúcar era antesala de envío hacia el Nuevo
Continente, por lo que eran muy abundante los animales. Como si so no fuera
suficiente, los barrios de los curtidores y tintoreros en los arrabales de la
ciudad, por su propia actividad laboral, eran foco de infecciones y de malos
olores.
Nota: El artículo completo se encuentra en la revista Sanlúcar de Barrameda del año 2011

Nota: El artículo completo se encuentra en la revista Sanlúcar de Barrameda del año 2011
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