El periódico La Época del día 23 de mayo de 1909, publicaba
la siguiente noticia sobre la Colonia Monte Algaida que transcribo a
continuación:
EL CULTIVO DE LOS NAVAZOS
La colonización del monte Algaida
Guando el ministro de Fomento estuvo en Jerez para visitar las obras del pantano del
Guadalcacín hizo una visita en extremo interesante a la Granja agrícola,
establecimiento por más de un concepto notable, y en el que, tanto el Sr.
Sánchez Guerra como sus acompañantes, tuvieron ocasión de examinar los planos y
Memoria de la colonización del monte Algaida, ilustrando el examen de proyecto
tan beneficioso las explicaciones del ingeniero D. Ángel de Torrejón, autor de
los estudios y trabajos preparatorios.
La colonización del monte Algaida, a la que presentaron
desde un principio resuelto apoyo el actual alcalde de Sanlúcar de Barrameda,
D. Leopoldo del Prado, y los diputados señores conde de los Andes y marqués de
Mochales, responde, y se halla incluida, en la ley de colonización interior,
llevada las Cortes por el Sr. González Besada, siendo ministro de de Fomento.
En ella encontrarán pan y trabajo muchas familias obreras
que hoy tienen que entregar su existencia a los azares de la emigración,
mientras los grandes terratenientes aprenderán las grandes ventajas que pueden
obtenerse cultivando sus extensos predios con arreglo a este nuevo sistema.
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Ingeniero Agrícola Ángel Torrejón |
La composición del monte Algaida, terrenos en su mayoría abandonados
por el mar, es de arena pura y por consiguiente, parecería una locura pretender
hacer en ellos cualquier cultivo agrario. Pero hay una faja de terreno en la
playa de Sanlúcar, prolongándose hasta Chipiona, cuya composición química es
exactamente la misma, arena pura, y en la que desde más de un siglo viene
haciéndose un cultivo intensivo de regadío. Se trata del llamado cultivo de los
navazos, formando huertas en la arena, en las que se dan hasta tres cosechas
anuales.
¿Cómo se realiza este milagro? El ingeniero señor Torrejón,
autor del proyecto de colonización de
monte Algaida, lo explica satisfactoriamente en la Memoria - estudio del
proyecto.
Debajo do esas arenas, y a muy poca profundidad hay aguas
subterráneas, y siendo el suelo muy permeable, llegan por capilaridad a
humedecer las raíces de las plantas; la abundancia de los abonos, predominando
los animales, las labores incesante del cultivador, y la benignidad del clima,
son los demás elementos que convierten las áridas playas en frondosas huertas.
Pues esto, ni más ni menos, es lo que va a hacer en el monte
Algaida, dedicando al cultivo de la vid aquellas zonas de terreno en que la
capa de agua subterránea se halle a profundidad conveniente.
El actual cultivo de los navazos produce por hectárea unas
4.000 pesetas; los gastos de explotación se calculan en 2.000, quedando otras
2.000 para el navacero, en su doble
personalidad de jornalero y cultivador. Con esta cantidad se calcula que puede
vivir la familia de un jornalero en Sanlúcar;
pero es colono de Monte Algaida, estos ingresos aumentarán; pues no
tendrán que pagar contribución, aumentándose sus ingresos en 300 pesetas
anuales.
Calculando de este modo, el producto bruto de la colonia
será de un millón de pesetas, en el caso que el cultivo sea por completo de
navazos; si se mezcla con el de la vid,
por la circunstancia anual dicha, será de 750.000 pesetas. De todos modos los
colonos, con sus familias, encontrarán allí
sus medios de vida.
El monte La Algaida pertenece a los propios de Sanlúcar de
Barrameda, de cuya población dista unos cuatro kilómetros, y poco más de uno de
la estación del ferrocarril y del muelle de Bonanza con lo que la extracción de
los productos de la colonia tendrá grandes facilidades.
De las 4.192 hectáreas que mide el monte, se dedicarán para
la explotación de la colonia 462, dividiéndolas en 250 lotes para los cultivos,
y las demás para el campo de experiencias, viveros de vides americanas, monte
pinar de la Cooperativa de colonos y construcciones.
La zona de cultivo está proyectada en el sentido
longitudinal del monte y su parte más próxima a Bonanza. Alrededor de ella
quedará, de aprovechamiento comunal, un pinar hoy existente, con lo que se
atiende a la repoblación forestal, y se resguarda la zona cultivable de los
vientos que pudieran perjudicarla.
El vivero de vides americanas, propiedad actualmente del
Ayuntamiento de Sanlúcar, pasará a poder de la colonia, estableciendo ésta un
campo de experimentación agrícola, dependiente de Jerez.
En cuanto a las edificaciones, cada lote de terreno tendrá
una modesta vivienda para el colono, semejante a las barracas de las huertas de
Valencia y Murcia.
Las edificaciones comunales en el centro la zona de cultivo
serán: un amplio edificio con un gran patio y las dependencias correspondientes
a una importante explotación agrícola, capilla, casa del director de la
colonia, almacén y despacho para las ventas de una Cooperativa, almacén de los
productos y primeras materias, vivienda para el personal, médico, botiquín,
Escuelas de niños y niñas, con casa para los maestros, etc.
La simple exposición de los anteriores datos demuestra la
gran importancia de este proyecto que han dado su concurso más decidido y la
iniciativa otros: el Sr. González Besada, como autor de la ley de colonización,
y los Sres. Sánchez Guerra y Prado y Torrejón.
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