Juan Pedro Velázquez Gaztelu,
Regidor perpetuo de la ciudad y Diputado Archivista en su libro Fundaciones de todas las
Iglesias, Conventos y Ermitas de la muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de
Barrameda, escrito el año 1758 y que fue publicado el año 1995 por A.S.E.H.A,
nos cuenta lo siguiente sobre la iglesia de Ntra. Sra. de Barrameda:
En el tratado del término
territorial de esta ciudad y aldeas que le perteneciera, dejando sentada que
una la de Barrameda, cuya extensión comprendía lo que ahora San Jerónimo, sus
pinares, y la costa marítima llamada de Sanfanejos, propio puerto de esta
ciudad en cuya orilla hubo población antigua anterior al descubrimiento de las
Indias, que éste, hizo después mucho más numerosa, como largamente se explica
en el citado lugar.

"Diego Martín, albañil,
vecino de Sanlúcar, cargo e data año de 1503. El dicho Diego Martín, albañil,
ha de haber por toda la obra de albañilería de la iglesia que el señor duque
mandó facer en su lugar del puerto de Barrameda, la cual obra se remató en él,
en 45.000 maravedíes según parece por el remate, que pasó ante el escribano
público de Sanlúcar".
Siguen después las partidas de
data. Y en las cuentas de Luis de Vargas, recaudador que era entonces de
Sanlúcar que están en el mismo libro dice así:
"Por carta del señor duque
fucha a 17 de mayo de este año, por la cual manda al dicho Luis de Vargas que
dé a Diego Martín, albañil, su vasallo de la villa de Sanlúcar, 15.000
maravedíes que son que ha de haber del tercio primero de 45.000 en que se
remató en él toda la obra de albañilería de la iglesia que su señoría mandó
hacer en dicho lugar del puerto de Barrameda, según parece por el remate y
condiciones que pasó ante el escribano público de la dicha villa, los cuales
manda que le libren en una renta de la dicha villa de Sanlúcar."
"Por cuenta del señor duque
fecha a 8 de noviembre de este año por la cual manda al dicho Luis de Vargas
que dé a Diego Martín, albañil, vecino de Sanlúcar, 30 mil maravedíes que son
que ha de haber a cumplimiento de 45 mil porque él tomo a destajo la obra de la
iglesia que su señoría mandó hacer en el lugar del Puerto de Barrameda; y manda
su señoría a Alonso de Vides que los pague de los maravedíes que cobra por el
dicho Luis de Vargas, los 15 mil al tiempo que pareciere que se han declarado
por el contrato que tiene hecho de la obra que ha de hacer”.
Cuando se labró esta ermita,
había poco más de sesenta años que los monjes de San Jerónimo, habían fundado
en el sitio de otra ermita, en el sitio de la ermita de Ntra. Sra. de Barrameda
no muy distante del Puerto; con que fue consecuente que por sacerdotes más
vecinos y a quienes el señor duque don Juan III tenía suma devoción, les
encargase del servicio y culto de la nueva iglesia que acababa de edificar, en
cuya posesión se mantienen a esta fecha, y en ella les cogió el descubrimiento
de las Indias (eso es, la Nueva España y Perú, pues sólo estaban descubiertas
entonces las islas y avistado el continente) y el gran progreso de su comercio
y la opulencia y gran frecuentación de nuestro puerto.
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