Manuel Godoy |
El acto de nombramiento se
celebró el día 26 de octubre de 1803, y con ese motivo llegó a Sanlúcar el
Comisionado por Godoy, Francisco Amorós, que era del Consejo de su Majestad,
para tomar en nombre del Príncipe de la Paz del oficio de Regidor Perpetuo. El
comisionado en esta ocasión venía acompañado de su esposa, que era sanluqueña.
Con motivo del nombramiento, en
la ciudad hubo una serie de actos como fueron una función teatral, se corrieron
novillos, el Ayuntamiento repartió una comida a los presos que se encontraban
en la cárcel, y otras actividades.
Entre esos actos el día 28 de
octubre de 1803 se realiza una plantación de pinos piñoneros en la Algaida,
llegándose a sembrar setenta aranzadas de pinar que recibió el nombre de Monte
de la Paz, aunque muy pronto se olvidarían este nombre.
El motivo de la siembra era
celebrar y perpetuar el gran acontecimiento del nombramiento de Godoy, con la
intención de que el lugar sirviese de solaz y recreo para las futuras
generaciones de sanluqueños.
Francisco Amorós |
Narciso Climent Buzón, en su
libro Los Pueblos de la Provincia de Cádiz – Sanlúcar de Barrameda, hace la
siguiente descripción de lo sucedido ese día en la Algaida: Esta nueva
plantación se hace ahora con una gran solemnidad; los hacendados ponen a la
disposición del proyecto sus capataces y peones, y así el 28 de noviembre se
congregan en el ayuntamiento 22 terratenientes, con sus respectivas cuadrillas,
y se organiza una solemne comitiva hasta el lugar designado; los capataces
portan banderas de los más diversos colores en esta marcha, en la que se
encontraban jueces, regidores, el vicario, el alcalde mayor, numerosos
caballeros, una banda militar y que la cerraba el Comisionado, escoltado por
unos jinetes. El pueblo acompañó a la comitiva con vivas y aplausos en su
caminar hacia el sitio de La Algaida, demarcado por el ingeniero mayor, D. José
Huet, en 22 fajas paralelas, correspondientes al espacio a sembrar que tocaba a
cada una de las cuadrillas. Puso manos a la obra el escuadrón de 400 hombres, y
el propio Comisionado sembró simbólicamente un número de piñones igual al de
los años que contaba Godoy, haciendo encargo al regidor y al juez consular de
que, en lo sucesivo, añadiesen uno más cada año, en memoria del que había sido
nombrado nuevo regidor de la ciudad. De esta manera, quedaron sembradas unas 70
aranzadas de tierra.
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