El primer monasterio que se fundó en la
villa de Sanlúcar fue el de los Jerónimos, que llegaron traídos por Juan de
Guzmán, VI señor de la villa, III conde de Niebla y I duque de Medina Sidonia,
el año 1440, cediéndoles, la antigua ermita de Nuestra Señora de Barrameda, que
ya estaba levantada antes que Guzmán el Bueno recibiese en donación Sanlúcar,
ya que parece que data del año 1297.
Esta congregación recibirían numerosas
prebendas y favores por parte de los duques de Medina Sidonia desde su
fundación, entre ellas por ejemplo 100.000 maravedíes anuales, seis atunes al
año de la almadraba de Conil, e incluso Fray Felipe de Guzmán, hijo del duque les
cede las Covachas, que más tarde serían permutadas al Concejo de la villa por
la carnicería que había en la calle Siete Revueltas.
Llega el año 1639 y el IX duque, Gaspar de
Guzmán, se compromete a entregar a los frailes la cantidad de 100 ducados de
vellón anuales, pero como garantía de la entrega se pone la Venta de Bonanza,
que era propiedad de los duques.
Desde luego que Gaspar de Guzmán cuando
firma este compromiso ni siquiera barruntaba que a no tardar mucho, en concreto
seis años más tarde, el señorío de Sanlúcar revertiría a la corona, con lo que
el duque se vio imposibilitado para pagar la renta de 100 ducados anuales comprometidos
con los monjes.
Parece ser que los frailes pensarían
aquello de aquí tenemos que cobrar, que la cosa esta muy achuchada, por lo que hicieron
es embargar la Venta de Bonanza.
Así fue como la Venta de Bonanza pasó a
propiedad de los Jerónimo, que no perdonaron el cobro de lo que le debían los
que todo le habían dado.
Pero los duques tampoco estaban dispuestos a
quedarse calladitos o quietecitos, así que iniciaron un pleito con los frailes,
hasta que consiguieron probar ante la Chancillería que el compromiso de Gaspar
de Guzmán con los Jerónimos era nulo porque en el privilegio de cesión del rey
de Bonanza, aparecía que no podía enajenarse ni hipotecarse sin la autorización
del rey.
La Venta de Bonanza estuvo en propiedad de
los Jerónimos hasta el año 1729, en tuvieron que devolverla.
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