El rey Pedro el Cruel hizo quemar viva a Urraca Osorio, segunda mujer de Juan Alonso de Guzmán, segundo señor de Sanlúcar.
Una hija de Hernán Cortés, María Cortés, llegó a ser priora del Convento de Madre de Dios de Sanlúcar de Barrameda. Entró en el convento cuando sólo contaba 15 años.
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