Cada vez que se habla de la
Virgen de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda se habla del milagro del aceite,
pero antes de eso ya había ocurrido otro hecho que también se llevó para declararlo
milagro y lo que transcribo aquí hoy es parte del proceso de los milagros de
Ntra. Sra. de la Caridad que aprobó el arzobispo de Sevilla, Fernando Niño de
Guevara, con fecha 21 de noviembre de 1608, y donde se puede leer lo siguiente:
Que Pedro de Rivera Sarmiento,
vecino de la ciudad de Cartagena de las Indias, soldado de las Armadas de
aquella navegación, hallándose en esta ciudad por marzo de 1608 queriendo meter
paz en una pendencia de espadas que se armó en la calle llamada de la Aduana
vieja, hoy de la Bolsa, salió herido de una estocada que le entro por una sien
y le quebró un ojo, cuyo mal hallándose desahuciado, se encomendó muy de veras
a Ntra. Sra. de la Caridad de Illescas, y por su intercesion sano
milagrosamente. Agradecido a tan gran portento quiso erigir una memoria, en el
propio paraje donde había sido herido, poniendo un tabernáculo, en las propias
casas de la Aduana vieja, que pertenecían entonces a Alberto Lumel, y las
habitaba Juana Luisa, mujer de Andrés García, por la parte de afuera de la
pared, donde coloco una imagen pequeña de nuestra señora vestida y adornada lo
mejor que pudo, con la advocación y titulo de Caridad de Illescas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario