Con objeto de trasladar la
antigua Aduana que estaba situada en la plaza de su nombre y debido a la
importancia comercial que adquirió nuestro puerto; resolvió Fernando VII
establecer la Aduana de Sevilla en Bonanza, encargando su Gobierno el proyecto,
al Ingeniero militar D. Vicente Sánchez Cerquero.
Dieron principio las obras el 8
de marzo de 1832, terminándose en 1833 y costando al Estado la importante suma
de 7.000.000 de reales.
Las obras se compusieron de
distintas edificaciones; siendo las principales, dos muelles para el embarque y
desembarque de pasaje y mercancías; local para Capitanía del Puerto; Cuartel
para alojamiento de carabineros; ocho manzanas de a cuatro casas cada una, para
vivirlas los empleados de la Aduana; Iglesia que había de servir de ayuda de
parroquia; y principalmente la Casa Aduana, edificio hermoso, de ornato serio y
de buen gusto, proporcionado en tamaño y distribución para el objeto a que
estaba destinado. Estaba construido de piedra de sillería, es de buena
arquitectura y tiene la suficiente capacidad y amplitud para almacenes,
depósitos y oficinas. El patio es hermoso, con arcos sostenidos sobre
magníficas columnas de mármol de lo que está embaldosado, como asimismo todas
las habitaciones bajas de este soberbio edificio.
El dinero empleado por el
Gobierno en estas obras, fue casi innecesario, pues a los dos años de haberse
terminado en 1835, se trasladó la Aduana a Sevilla, en donde continúa a pesar
de las gestiones que ha hecho la población para que se la restituyeran.
José Antonio Caballero
Guía de Sanlúcar de Barrameda
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