Algunos
días después, el capitán general y loas capitanes de los otros navíos vinieron
de Sevilla a Sanlúcar en chalupas, y se acabó de aprovisionar a la escuadra.
Todas la mañanas se saltaba a tierra para oír misa en la iglesia de Nuestra
Señora de Barrameda, y antes de partir, el capitán ordenó que toda la
tripulación se confesara; prohibió además rigurosamente que embarcase en la
escuadra ninguna mujer.
Antonio
Pigaffeta
Primer
viaje alrededor del globo
Libro
I-Página: 40
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