El Barrio de Bonanza, blanco y
ordenado, contiguo del edificio de la Antigua Aduana tiene un sabor romántico.
El rey Fernando VII construyó el Barrio como aduana, en donde se controlaban
las riquezas traídas de América.
Fue Bonanza la puerta del turismo
del siglo pasado. El barco de vapor aquí desembarcaba. En la casa del vapor los
viajeros esperaban los coches de caballos que a Sanlúcar les llevaría.
En Bonanza rezaron a la Virgen de
Barrameda los marineros que a las Américas marchaban en cuya ermita, hoy
desaparecida, escucharon misa cada mañana Magallanes y su tripulación antes de
zarpar para dar la vuelta al mundo.
La tradición astillera de
Sanlúcar se remonta a los carpinteros de la ribera de la época romana. En los
tiempos en que los Duques de Medina Sidonia eran los señores más ricos y
poderosos de Andalucía. Sanlúcar contaba con sus chancas, atarazanas y puertos
para carenar las naves.
Santiago Pérez del Prado
El Duque de Montpensier y la
Sanlúcar de su tiempo
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