El poeta, escritor, viajero e
hispanista francés Antoine de Latour, nacido el año 1808, que además fue el que
dirigió la educación del duque de Montpensier, Antonio de Orleans, además de
gozar su amistad y lo acompañó en algunos de sus viajes y en Sanlúcar de Barrameda,
en su libro La bahía de Cádiz hace la descripción que a continuación
transcribo:
¡Qué momento aquel en el que el
barco de vapor toca el muelle del puerto!. Es un espectáculo ver desembarcar
familias enteras cargadas de camas, colchones, mantas, toda clase de cajas, y
baterías de cocina.
Si no fuera por la alegría de los
rostros más bien parecerían emigrantes de una ciudad asaltada.
Es gente que huye no de una
guerra ni de un incendio, sino sencillamente del verano sevillano. Diariamente,
durante dos horas, el camino de Bonanza a Sanlúcar ofrece el más original de
los espectáculos: una ruidosa y alegre procesión de carretas, calesas, mulos,
caballos y asnos. Los marineros desocupados de Bonanza se reparten viajeros y
equipajes y todos consiguen su presa. Cuando la marea baja, muchos siguen la
orilla del mar.
¡Pronto se adueñarán de la playa!.
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