sábado, 17 de octubre de 2015

Fábrica de dinamita de Bonanza

Hoy quiero compartir con ustedes el artículo que el 10 de enero del año 1897 publicaba la Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industrias  y Seguros hablando de la fábrica de dinamita de Bonanza, que transcribo a continuación:

Cádiz: Fábrica de dinamita de Bonanza.
Siempre son dignos de admiración todos los que a la industria en general dedican su actividad y demás facultades, pero esta admiración aumenta progresivamente a medida que son mayores las dificultades que una industria puede ofrecer para su explotación.
En ese número podemos contar la de que vamos a ocuparnos y por este hecho es más importante a nuestros ojos la fabricación de explosivos que con tanto acierto dirige la Sociedad Vasco-Asturiana-Andaluza.
Nada más particular que un establecimiento de esta clase; pues fuera del edificio donde se hallan los generadores de vapor y las máquinas para la compresión del aire, no puede darse nada más reposado y silencioso.
En la provincia de Cádiz, donde tienen su asiento multitud de importantísimas industrias se halla la instalación de que tratamos, ocupando una extensión de 31 hectáreas de terreno.
Las instalaciones, construidas casi exclusivamente de madera, se hallan encerradas en profundas excavaciones, comunicándose entre sí todas las dependencias de la fábrica por medio de estrechos pasadizos labrados en el terreno, con altas paredes casi verticales. El agua y el aire comprimido pasan a través de grandes tubos de hierro y plomo colocados sobre caballetes de madera.
Los operarios conducen silenciosamente desde el taller del filtro a los de amasado grandes vasijas de gutapercha llenas de nitroglicerina líquida, que mezclada después con los  absorbentes ha de convertirse en dinamita o en goma explosiva.
Otros operarios conducen empujándolos por las vías hasta los talleres de encartuchado y embalaje, grandes carretones llenos de pasta sólida; pero todas estas operaciones, a diferencia de las demás industrias se efectúan sin ruido, ni precipitaciones, bajo el severo régimen de un especialísimo reglamentó.
La fábrica de dinamita de Bonanza produce diariamente dos toneladas de nitroglicerina y su distribución es la siguiente: casa de máquinas aparato para la obtención de la nitroglicerina, filtro, talleres de amasado cartucherías, embalaje, depósitos de algodón, pólvora y dinamita, almacenes de cápsulas, talleres para la fabricación del ácido nítrico, depósito de Kiezlguhr o  tierra de infusorios laboratorio, carpintería y muelles enlazados con el ferrocarril a Jerez, a Sanlúcar y Bonanza. Dispone además de varios pozos con caudal de agua suficiente para todas las necesidades de la fabricación.
Esta fábrica produce gomas explosivas de los números 1 y 2, con 83 y 66 por 100 respectivamente de nitroglicerina; y dinamitas números 1 y 3 con 79 y 25 por 100 de nitroglicerina. Las gomas explosivas se emplean con preferencia á las dinamitas en todos los trabajos submarinos por ser un producto inalterable en contacto del agua, siendo su potencia explosiva superior k la de las dinamitas ordinarias.
Las dinamitas y gomas se expenden envueltas en papel parafinado de distintos colores para poder conocer a simple vista la clase de explosivo con que se haya de operar. Las gomas números 1 y 2 van envueltas en papel blanco y amarillo respectivamente, y las dinamitas 1 y 3 en papel azul y verde.
Van en forma de cartuchos, siendo el peso de cada uno de 100 gramos Cada grupo de 25 cartuchos está contenido dentro de una caja de cartón preparada especialmente y con 10 de estas cajas se llena una de las de madera en la forma que se expenden en el comercio.
Para producir la explosión de la dinamita o de la goma se emplean cápsulas de fulminato de mercurio,  o calentando bruscamente la pasta a una temperatura elevada, o por un choque violento que origine un considerable desarrollo de calor.
El número de operarios que constantemente se encuentran en cada una de las dependencias de la fábrica es muy reducido. En el taller de nitroglicerina sólo hay dos en los demás nunca excede de cuatro.
La fábrica tiene vía de enlace con el ferrocarril de Jerez a Sanlúcar y Bonanza y utiliza también el muelle marítimo de esta última población, lo cual facilita grandemente los transportes de los productos explosivos.
Repetimos lo dicho al comenzar este artículo; el difícil manejo de las materias que se emplean en esta fabricación, el peligro constante en que por su naturaleza se halla envuelta una explotación de este género, dan una importancia extraordinaria a esta industria, importancia que sube de punto al considerar la gran cantidad de explosivos que diariamente produce y la pericia e inteligencia que son necesarias para dirigir las complicadas y detenidas operaciones que en ella han de efectuarse.
La fábrica de que nos ocupamos viene a añadir una razón más en apoyo de la campaña que a favor de la industria española venimos sosteniendo y la Sociedad Vasco-Asturiana Andaluza que con tanto acierto ha implantado tan importante industria verá colmado sus deseos y recompensados sus desvelos, no sólo por la utilidad material que su inteligente dirección le reporte sino por la admiración que ha de despertar en la estera industrial.

Nota: Este artículo no se refiere a la fábrica de torpedos que se intentó poner en Bonanza en 1881, pero que al final nunca se llego a poner.

La fábrica de torpedos que nunca existió

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