Si ustedes han pasado por la
calle Rubiños, a la altura del número 27 habrán podido ver en la fachada una
lápida de mármol recordando a una persona nacida en esa casa, y hoy quiero
contarles la historia de ese joven soldado sanluqueño del Batallón de la
Corona, llamado José Raposo Pérez Gil, nacido en la calle Rubiños, de padres
humildes y que falleció el 31 de agosto del año 1921 en Casabona, en la Guerra
del Rif, también llamada Guerra de Marruecos.
Cuando llega a Sanlúcar la
noticia de la muerte, la ciudad quedó consternada, aunque no fue hasta el 13 de
enero del año 1922 cuando el Ayuntamiento acuerda una serie de actos
conmemorativos y de homenaje al soldado sanluqueño, que fueron aprobados por
unanimidad.
El primer acuerdo fue adherirse y asistir en representación del Ayuntamiento al acto que tendría lugar el 15 de enero de 1922 en el aeródromo militar de Tablada, donde se bendijeron diecisiete aeroplanos que distintos donantes habían regalado al ejército. Entre ellos se encontraban los tres que la provincia de Cádiz había regalado en una cuestación que se hizo por suscripción popular y que uno fue bautizado con el nombre de José Raposo Pérez Gil.
El primer acuerdo fue adherirse y asistir en representación del Ayuntamiento al acto que tendría lugar el 15 de enero de 1922 en el aeródromo militar de Tablada, donde se bendijeron diecisiete aeroplanos que distintos donantes habían regalado al ejército. Entre ellos se encontraban los tres que la provincia de Cádiz había regalado en una cuestación que se hizo por suscripción popular y que uno fue bautizado con el nombre de José Raposo Pérez Gil.
Al acto asistió una
representación del Ayuntamiento sanluqueño, compuesta por el Alcalde y algunos
concejales, e incluso el concejal Manuel Barbadillo Rodríguez guardó el lazo
con el que se ató la botella de la bendición para entregársela a la madre del
soldado.
Otro de los asuntos que se acordó
es que se convocase la Junta Patriótica para ver si se podía conceder a la
familia de Raposo, que al parecer se encontraban bastante necesitados, un
premio de 500 pesetas que había donado Purificación Vila para el soldado que
tuviera un comportamiento heroico en campaña, no llegamos a saber si se
entregó, aunque en algunos periódicos de la época si he encontrado noticias de
su entrega.
El último acuerdo del Ayuntamiento fue poner
una lápida conmemorativa en la casa donde nació, en la calle Rubiños número 15,
hoy 27, en recuerdo del soldado desaparecido.
Hubo que esperar hasta el día 1
octubre de 1922 para que el Ayuntamiento realizase el acto de colocación en la
calle Rubiños, en la casa donde vivió Raposo Pérez Gil, la lapida de mármol que
había acordado casi un año antes, celebrándose con toda clase de honores una
procesión en la que participaron todas las fuerzas vivas de la ciudad que se
inició en la plaza del Cabildo hasta llegar a la calle Rubiños, a la casa que
se encontraba ese día completamente engalanada.
La lápida que se colocó, y que
aun se encuentra en la casa, tiene el siguiente texto:
“En esta casa nació el heroico
soldado José Raposo Pérez Gil, muerto honrosamente en la campaña de África
durante la campaña de 1921. El Excmo. Ayuntamiento acordó en la sesión del día
13 de enero de 1922 colocar esta lápida conmemorativa como homenaje a tan
glorioso hijo del pueblo.”
Para el acto se desplazaron hasta Sanlúcar el teniente y once soldados sanluqueños del regimiento de la Corona al que perteneció el sanluqueño e incluso estuvieron en casa de los padres del mismo, donde se tributó un último homenaje a su memoria pronunciándose ante el retrato del valeroso soldado sentidos discursos.
Para el acto se desplazaron hasta Sanlúcar el teniente y once soldados sanluqueños del regimiento de la Corona al que perteneció el sanluqueño e incluso estuvieron en casa de los padres del mismo, donde se tributó un último homenaje a su memoria pronunciándose ante el retrato del valeroso soldado sentidos discursos.
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