Que Sanlúcar de Barrameda tuvo
desde los inicios de la época medieval una muralla defensiva, que se construyó
a principios de 1300, es algo que nos han contado todos los historiadores y
además hemos visto los pocos restos que quedan, ya que algunos se preocuparon
de tirar a lo largo de la historia, si con ello tenían más ganancias a la hora
de construir.
Esta muralla tenía cuatro
puertas: la puerta de la Cuesta o de la
Mar, que se encontraba en la actual Cuesta de Belén; la de Sevilla, la de Jerez
y la de la Fuente o de Rota, con lo que nos damos cuenta que formaba
aproximadamente lo que hoy es el Barrio Alto de la ciudad.
Pero lo que hoy traigo aquí como
curiosidad es que no pensemos que lo de destrozar, apropiarse de espacio
público, etc. no ha sido algo moderno, ni de estos tiempos, y así ya el 2 de
marzo del año 1524 el Cabildo de la villa uno de los asuntos que trata en su
reunión es de la existencia en el recinto amurallado de numerosos portillos por
donde se puede entrar a la misma, lo que puede ser muy peligroso para su
defensa.
Portillos, que imagino que por
supuesto cada cual había hecho donde le había dado la gana, que siempre fue más
rápido romper que dar la vuelta.
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