Rafael Gasset |
Era el año 1906, y la situación
en Sanlúcar de Barrameda por aquellas fechas era desastrosa y de ello nos
podemos dar cuenta si echamos una miradita a la hemeroteca de la época, donde
nos hablan de como los obreros y viticultores estaban en las últimas, siendo la
noticia que numerosos obreros del campo, se encontraban situados en plazas y
calles, pidiendo limosna.
A primeros de ese año se anuncia
que vendrá a Sanlúcar, haciendo una visita a la zona el ministro de Fomento,
Rafael Gasset, que llega a Sanlúcar de
Barrameda el día 16 de febrero sobre las diez de la mañana en el tren
procedente de Jerez.
En la estación esperaban al
ministro el ingeniero de las obras del puerto de Sevilla, el presidente de las
obras del puerto y el presidente de la Cámara agrícola de Sevilla.
A pesar de que todos esperaban y
que el alcalde de la ciudad lo invitó a que visitara la Algaida, pronto se vio
claro que el ministro no venía para nada relacionado con la ciudad.
El ministro se dirigió
directamente para Bonanza, para el embarcadero, y allí numerosos obreros y
viticultores también le pidieron que realizase una inspección personal de la
Algaida, para pedirle el reparto de los
terrenos laborables, ya que la situación en la ciudad era agobiante y este
reparto podría paliar un poco la situación, aunque el ministro no accedió a
ello, explicando que tenía que emprender regreso inmediato a Sevilla, contestando
que tenía la intención de ocuparse de ese asunto al llegar a Madrid, y que
enviaría un ingeniero para estudiar sobre el terreno lo que el alcalde y los
sanluqueños le pedían.
Lo que si entregaron al ministro
fue un manifiesto de todas las representaciones de los trabajadores agrícolas y
de la población en general, que entre otras cosas decía: “El ministro de
Fomento, excelentísimo Sr. D. Rafael Gasset, llega hoy. Viene convencido de la
necesidad de levantar a Sanlúcar de la postración presente y decidido, por
tanto, a otorgarle la protección del Estado en la justa medida de su desamparo.
Iremos pues, a recibir al ministro todos, sin exclusión y lo escoltaremos fasta
el monte Algaida, donde la fertilidad del suelo le hará entender, mejor que
nuestras palabras, la sinrazón de tenerlo inculto por más tiempo, cuando
millares de brazos se cruzan por falta de lugar donde emplearlos con provecho.
Amigos, vivan la unión, el orden
y el trabajo.
Esperase que el ministro autorice
la deseada distribución de los predios, que sin gasto alguno para los
presupuestos del Estado, solucionaría la crisis agraria.”
En Bonanza el ministro embarcó en
el Giralda, un remolcador de obras del puerto, dirigiéndose de regreso a
Sevilla, con lo que se comprende que lo que pretendía era ver las obras que
entonces se estaban haciendo y se iban a continuar en el río.
Aunque todavía faltaba un año, 30 de agosto de
1907, para que se aprobase la Ley de Colonización y Repoblación interior y ocho
más hasta que fuese inaugurada la Colonia Monte Algaida esta no es la primera
vez que se cita el reparto de los terrenos del monte Algaida, para dar trabajo
a los obreros de Sanlúcar de Barrameda.
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