La coqueta plaza dedicada a Manuel Romero
Pazos, que tiene un monolito colocado el 20 de febrero de 1999 y que dice lo
siguiente: " El pueblo de Sanlúcar de Barrameda a Manuel Romero Pazos
(1926-1998). Comunista y luchador infatigable por las libertades y la
emancipación de los trabajadores y las trabajadoras. Esta plaza fue inaugurada
por el Ayuntamiento el día 20 de febrero de 1999".
La puerta de entrada al número 26 de la calle
Santiago. Me encanta una puerta, un portón y un patio.
En la esquina entre la calle Santiago y la
calle Cristo de las Aguas se encuentra esta hornacina con una cruz, que fue
restaurada hace unos años y un mármol, aunque este fue cambiado de sitio que
reza: EL EXSARZOBISPO DE SEVILLA DON LUIS DE SALCEDO Y AZCONA CONCEDIÓ 40 DÍAS
DE INDULGENCIA A TODAS LAS PERSONAS QUE CON DEVOCION RESAREN UN CREDO DELANTE
DE ESTE SANTISIMO CRISTO DE LAS AGUAS EN 28 DE JULIO DE 1727 AÑO". Como podemos
entender por la lápida, en esa hornacina debió encontrarse el Cristo de las
Aguas.
Calle Cristo de las aguas, hoy sin nada
especial que vea, aunque es una calle que me encanta, como me encanta un “esconchao”,
una ventana vieja o un tejado de tejas. Algunas casas bastante abandonadas y
con puertas, ventanas y balcones abiertos, no sé si por desidia o para que
termine de deteriorase cuanto antes y darles otro fin.
En la calle Albaicín me quedé con las ganas
de poder fotografiar los restos de la antigua muralla de la ciudad, aunque una
enorme puerta de entrada, supongo que al colegio me lo impedía, y tuve que
conformarme con el tejado de una bodega, será de Barbadillo.
Desde una calle, que ni recuerdo el nombre,
ni siquiera sé que lo tiene, que va desde la calle Santiago a la cava del
Castillo, nos saluda con una imagen no muy vista del de Santiago.
Ya en la calle Luis de Eguilaz, me encanta
esta calle señorial y archivisitada por los turistas, me encuentro de frente
con la iglesia de la O y vamos viendo bodegas, la casa donde nació el escritor
y termina mi recorrido, hoy más corto, en el recién estrenado monumento a la
llegada de Juan Sebastián Elcano a Sanlúcar el 6 septiembre de 1522, después de
haber dado por primera vez la vuelta al mundo.
Ah, que no se olvide decir que odio los cables
2 comentarios:
Me encanta la sencillez con la que nos narras las cosas. Las fotos son muy descriptivas. Y a mi también me encanta un desconchao.
Querido amigo, eres mi cicerón en Sanlúcar... esta ciudad no acaba de conocerse del todo.
Muchas gracias por tu trabajo.
Un saludo.
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