Los frailes Mínimos de San Francisco de Paula
llegan a Sanlúcar de Barrameda el 13 octubre 1590, a instancia del Séptimo
Duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán, procedentes de la ermita de
Las Rocinas, de Almonte, instalándose en un principio en la ermita de Ntra.
Sra. de Belén, hasta que años más tarde se trasladaron al Convento de la
Victoria, seguramente impulsados por las necesidades de un mayor espacio ante
el aumento del número de miembros y la estrechez de la ermita de Belén.
La información más antigua que se encuentra
sobre los frailes de Ntra. Sra. de la Victoria en la calle Tartaneros es del
año 1611, de un acuerdo del Cabildo que se les nombra como tales, con lo que se
supone que ya se encontraban en la denominada Isleta de Tartaneros, en la ribera
del Mar, aunque aun en ese momento no estaría tan extendido como lo encontramos
más tarde lo encontramos.
El 4 de diciembre del año 1614 se produce un
hecho que sería concluyente para los frailes, que es el fallecimiento de Marina
de Almonte, ya que por testamento otorgado un año antes los deja como herederos
universales, lo que supuso una ayuda decisiva para poder levantar el convento
de la calle Tartaneros.
La herencia incluía cuatro tiendas en la
calle Saters, que fueron vendidas por la comunidad al duque, en mil seiscientos
ducados, suma que sirvió para continuar la obra de construcción del convento.
Aunque no es esta la única ayuda que reciben
los frailes para la terminación del convento e iglesia, ya que son también los
duques de Medina Sidonia los que promovieron el mismo y en él podemos encontrar
los escudos de armas que se encuentran en el mismo, así como también que los duques
fueran declarados patronos de todos los conventos de la Orden en la provincia.
El año 1619 se encuentra terminada la
construcción del Convento de la Victoria, de los frailes mínimos de San
Francisco de Paula.
La talla de la bóveda del la iglesia del
convento fue realizada sobre el año 1627 por el escultor sevillano Gaspar
Ginés, decorada de forma clásica con un entramado de casetones y bolas de
cerámica azul, colocando en el centro un relieve de la Virgen de la Victoria.
En 1738 los frailes de Ntra. Sra. de la
Victoria reciben otra donación, esta vez de Diego de Arizón, del dinero
necesario para la construcción del retablo mayor, algunas verjas y la tribuna
con balconaje de hierro.
Con la llegada de los franceses a España, el
convento se convierte en el lugar donde se alojaron las tropas, con lo cual el
edificio fue dañado, tanto el convento como la iglesia, y así fueron arrancados
los herrajes, que se utilizaron como piezas de artillería. Una vez que los
franceses se marcharon, los frailes volvieron al mismo hasta que con la
desamortización fue vendido a Antonio Otaolaurruchi, entregándose el edificio
el año 1835 a sus compradores.
En enero del año 1989 se hace el encargo de
la obra de restauración del antiguo Convento de Ntra. Sra. de la Victoria, para
convertir parte del mismo en el Centro Cultural La Victoria, obra que comenzó
el año 1991. Hasta ese momento el antiguo convento y sobre todo la iglesia se encontraban
totalmente en ruina.
Esta rehabilitación se realizó después que la
propiedad del conjunto cediera al Ayuntamiento la antigua iglesia y se
rehabilito el claustro del convento para viviendas.
En estos momentos en la iglesia rehabilitada
se encuentra un centro de exposiciones para varios usos y el Centro de
Interpretación “Cádiz Mitológico”, de carácter permanente.
1 comentario:
Y seguimos sin un Museo en Sanlúcar, con la alta que hace mostrar nuestras grandezas...
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