El origen de la ciudad de
Sanlúcar de Barrameda está estrechamente unido con el asiento de un lugar de
culto del pueblo tartésico que es citado muchos de los historiadores de la
antigüedad, aunque en la actualidad aun no se ha podido determinar el sitio
exacto donde se encontraba el reino de Tartessos, no es muy atrevido pensar que
podría haber estado situado en las cercanías de la ciudad de Sanlúcar.
Estragón y Avieno se refieren a
él como Santuario del Lucero, y Pomponio Mela habla de Évora, lugar donde se
encontró un importante conjunto de piezas de origen tartésico, conocido como
tesoro de Évora.
Estrabón escribe:
"Inmediatamente después se encuentra el estuario del Betis que se divide
en dos brazos. La isla comprendida entre las dos bocas tiene una longitud de
cien estados, o mayor, según algunos autores. En esta zona se sitúa el Oráculo
de Menesteo, y también se alza por aquí la Torre de Cepión, construida sobre
una roca rodeada por las olas, una obra admirable que como el Faro sirve de
guía a los navegantes; pues como los aluviones depositados por el río provocan
la formación de bajos y el mar delante de la desembocadura está lleno de
escollos, es necesario una señal visible. A partir de aquí comienza la
desembocadura por donde se remonta el Betis, y la ciudad de Ébora y el templo
de la diosa del Lucero, llamado Lux dubia."
Algunos autores conceden a
Sanlúcar una antigüedad de 400 años antes de Cristo, otros le atribuyen 1.703
años antes de Cristo y hay otros autores que la consideran fundada por los
turdetanos el 434 a. de Cristo.
Parece que el culto al Santuario
del Lucero desapareció en época romana. De la presencia de estos últimos
tenemos en Sanlúcar los restos de una aldea de pescadores que estaba localizada
en La Algaida, en el lugar denominado El Tesorillo.
Del paso de los árabes apenas
quedan vestigios, aunque el escritor Ramón Elías manifiesta que el setecientos
catorce fue el año en que los moros tomaron Sanlúcar y Ramón Ulises Blanco en
su libro "Apuntes de un viajero", explica que la población antigua de
Sanlúcar fue arrasada, destruida y tomada por los moros el año setecientos
catorce.
Del tiempo de dominación árabe se
habla de tres nombres de la villa de Sanlúcar de Barrameda: Almesquid, que
significa mezquita; Masagued, que según Rodrigo Caro quiere decir templo y por
último Hiz-no-'l-kaer, que Reinhart Dozy dijo haber descubierto como nombre de
nuestra ciudad en la obra de Ybu Hazin "Tauko-l-hamá-mati", que
significa Grandeza de Dios.
El año 807, los normandos con sus
escuadras entran por el puerto de Sanlúcar en el río Guadalquivir y lo remontan
hasta Sevilla, saqueando y llevándose un botín considerable en sus saqueos,
aunque tuvieron que desistir por la reacción que tuvieron los habitantes de la
población.
El año 812 los barcos normandos
desembarcan a orillas del Guadalquivir en un nuevo intento de internarse y
conquistar la zona, siendo esta vez derrotados por las tropas del rey moro
Abderrahman II.
El otoño del año 844, es una
expedición de unos 80 drakars vikingos los que remontan el río Guadalquivir,
saqueando Coria del Río y Sevilla.
Estos bárbaros guerreros del
norte estuvieron dominando la zona hasta que el rey árabe Abderramán II logró
expulsarlos. Incluso se habla que algunos de estos guerreros terminaron
convirtiéndose al Islam y se establecieron en la Isla Menor, donde se dedicaron
a la cría de caballos y a la fabricación de queso.
El año 859 vuelven a aparecer los
normandos por las aguas del río, pero esta vez la flota de Mohamed I de Córdoba
los derrotó, quemando varias naves y poniendo en fuga a las demás.
Se cuenta que la ciudad fue
conquistada el año 1264, y así Velásquez Gaztelu nos dice que en el archivo del
marqués de Valdeolmos existía un manuscrito en el cual se podía leer
literalmente: "a 14 de septiembre de 1264, el rey don Alonso Savio tomó a
los moros la importante fortaleza de Sant Lucar de Barrameda".
Corrobora este hecho el que en
las crónicas de los reyes de Castilla se explica que el rey Alfonso X tras
rendir el cerco de Jerez, expulsó a los pobladores musulmanes y "poblola
de caballeros e homes fijos daldo e de otras buenas compañas, e dende fue a
Vejer e Medina Sidonia e a Rota e a Sant Lucar..."
El rey Alfonso X el Sabio, por
privilegio de 29 de octubre de 1283, cambia a Alonso Pérez de Guzmán, el Bueno,
los olivares de Monteagudo por Alcalá de Sidonia o de los Gazules, entregando
además Guzmán el Bueno una cierta cantidad de dinero, por encontrarse el rey
necesitado de dineros. Esto ocurría catorce años antes de la donación de la
villa de Sanlúcar, y según consta, cinco años más tarde, en 1287, Monteagudo
era un poblado y estaba bastante habitado.
El primero de mayo de 1285 Ayyad
Al-Asseni ataca el castillo de Sanlúcar, matando un buen número de pobladores.
El ataque se repitió el 6 de mayo, día en que halló desprevenidos a los
habitantes, que se encontraban fuera de la fortaleza en los campos. Mataron a
catorce cristianos y regresaron junto al Emir a Jerez.
El cuatro de abril de 1295 el rey
Sancho IV promete verbalmente el señorío de Sanlúcar de Barrameda a Alonso
Pérez de Guzmán por su heroica intervención en la defensa de la plaza de
Tarifa, aunque el rey muere sin hacer efectivo el señorío.
Sería el rey Fernando IV el que
confirmaría la donación de “la villa de Sanlúcar“, con todos sus pobladores,
términos y pertenencias, y los pechos y derechos que allí tenía y deber había.
El privilegio de donación fue firmado en Toro el 13 de octubre de 1297.
Bajo el señorío de los Guzmanes,
la villa alcanza un gran esplendor al ser la capital del Ducado, obteniendo
muchos beneficios y prebendas y convirtiéndose en un importante centro
financiero y mercantil.
A partir del año 1309, los
comerciantes bretones inician sus actividades comerciales a raíz de la visita
que el duque Juan de Bretaña, pariente de los Guzmán, hizo a Sanlúcar, invitado
por el Segundo señor de Sanlúcar, Juan Alonso de Guzmán o el establecimiento en
Sanlúcar de la Capitanía General de la Mar Océana en 1475.
La estratégica situación del
lugar como puerto anterior a Sevilla hizo que la ciudad gozara de un gran
esplendor, que se vería afirmado por la importancia que tuvo en la aventura y
el comercio americano.
El miércoles 30 mayo 1498,
Cristóbal Colón parte del puerto sanluqueño en su tercer viaje con una nao,
cinco carabelas y 200 hombres, más las tripulaciones, aunque fueron otros
muchos los que partieron en su aventura americana: Fernando de Magallanes junto
a Juan Sebastián Elcano, salen el 20 de septiembre de 1.519, regresando el 6
septiembre 1522 en la nao Victoria, con dieciocho hombres al mando de Juan
Sebastián Elcano, después de haber realizado el primer viaje de
circunnavegación; la flota de Nicolás de Ovando el 13 febrero 1502; Hernán Cortés
el año 1504; en 1507 Juan Díaz de Solís y Vicente Yáñez Pinzón; el almirante
Diego Colón el 9 junio 1509 y otros muchos.
Dos hechos suponen la decadencia
de la ciudad: El primero de ellos tiene lugar en agosto 1641, cuando
supuestamente Sanlúcar de Barrameda se convierte en el centro del complot que
pretendía crear el reino andaluz bajo el auspicio, entre otros, del duque de
Medina Sidonia, Gaspar Pérez de Guzmán. Esto terminaría con el destierro de
Sanlúcar del duque de Medina Sidonia, que no volvería jamás a la ciudad y que
acabaría con la Real Cédula que dicta el rey Felipe IV en Zaragoza en la que se
incorpora Sanlúcar de Barrameda con sus términos y jurisdicciones a la corona.
El segundo hecho tendría lugar el 12 mayo 1717, cuando el rey Felipe V,
impulsado por su primer ministro, cardenal Giulio Alberoni, traslada la Casa de
Contratación desde Sevilla a Cádiz, lo que supuso el traslado de la mayoría de
los comerciantes a Cádiz y El Puerto, con lo que el esplendor de la ciudad se
viene abajo.
Un nuevo periodo de auge tendrá
Sanlúcar de Barrameda a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y el XIX, al
tener como valedor al primer ministro y valido del rey, Manuel Godoy, que se
convierte en defensor de la ciudad, consiguiendo numerosos privilegios y
beneficios para la misma, entre ellos el que el doce de diciembre del año 1804
Sanlúcar de Barrameda es designada por Real Orden Capital de Provincia, que
englobaba 32 pueblos.
Igualmente se establece un
Consulado independiente del de Sevilla, con un tribunal con jurisdicción sobre
el territorio de la provincia. El Consulado sería suprimido el año 1829, y la
capitalidad de provincia deja de ostentarla el año 1812, aunque en realidad
sólo lo había sido sobre el decreto. En la nueva división provincial que se
realiza ese año, Sanlúcar está dentro de la provincia de Sevilla, a la que
perteneció durante un año, hasta que las Cortes resolvieron incorporarla a la
de Cádiz.
Nuevamente comienza a tomar auge
la ciudad cuando es potenciada por la llegada de los duques de Montpensier, a
partir del año 1849. La ciudad comienza a gozar de esplendor como ciudad de
veraneo, conociéndosela incluso como "el San Sebastián del Sur". Se
empieza a desarrollar la agricultura y comienza la crianza a escala comercial de
la manzanilla, una de las bases económicas de la ciudad de Sanlúcar de
Barrameda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario