lunes, 20 de febrero de 2012

San Diego y Sanlúcar


Ermita antes de la restauración
La relación de San Diego de Alcalá, aunque muy efímera, con Sanlúcar de Barrameda la encontramos en la toponimia de la ciudad en varios lugares, no sólo con su nombre, que aparece en la Barriada de San Diego o el Carril de San Diego, pero mientras que el carril lleva el nombre del convento donde termina, la Barriada de San Diego tomó el nombre de una tradición muy antigua que se ha ido conservando en la ciudad y es que el año 1449, cuando San Diego de Alcalá volvía de la isla de Fuerteventura, de cuyo convento había sido guardián, se quedó en Sanlúcar de Barrameda durante un tiempo, aunque suponemos que ya había estado en la ciudad con anterioridad cuando se dirigía a Canarias.
Parece que en nuestra ciudad estuvo San Diego y que sobre la celda del convento de San Francisco el viejo donde se hospedó el santo se labró la Capilla de San Diego de Alcalá.
El año 1719 los frailes franciscanos reedificaron la pequeña ermita, que al final es el único vestigio que ha quedado del antiguo convento franciscano, hasta hace poco tiempo en bastante mal estado de conservación y hoy arreglada y convertida en centro de participación ciudadana.
Otra de las palabras que también están en la toponimia de la zona San Francisco, refiriéndose al convento que allí se encontraba y por supuesto la palabra "Pino", nombre que cuenta la tradición que tomo la zona de un enorme árbol de esta especie que se encontraba en la barranca, que dicen plantó San Diego de Alcalá y que según narran tanto Guillamas como Velázquez Gaztelu parece ser que tanto los frailes como los ciudadanos utilizaban sus ramas, corteza y piñones para curar "las calenturas" e incluso se dice que enfermedades de los ojos. La verdad es que el árbol debería ser bastante grande, porque también se cuenta que durante mucho tiempo sirvió como punto de referencia para las embarcaciones que enfilaban el rio.
Quiero terminar esta nota con unas palabras que escribe Joseph Ferrer, un visitador de montes y plantas que el año 1748 dice que en Sanlúcar existían un total de 511.803 árboles, de los que 510.500 eran pinos. Sobre el de San Diego de Alcalá, Ferrer escribe: “Junto al convento hay un pino crecido que llaman de San Diego, no visitado por haberse informado que, plantado por el propio santo cuando era guardián de dicho convento, lo tienen en tanta veneración que cortan sus ramas para distintos remedios”.

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