La estatua en la Plaza de los Cisnes |
Sin haber cumplido aún los 15 años, Luisa Fernanda se casa el mismo día que su hermana Isabel, en Madrid el 10 de octubre de 1846, con Antonio de Orleans, duque de Montpensier, siendo la madrina de las ambas bodas la reina María Cristina.
Los Montpensier parten de inmediato a Francia, donde se hasta que la revolución del año 1848, provoca el derrocamiento del rey Luis Felipe, seguido del exilio de los Orleans y la pérdida de gran parte de sus posesiones familiares. Antonio y Luisa Fernanda regresan a España para instalarse durante algún tiempo en el Real Sitio de Aranjuez.
Pero la presencia del cuñado de la reina se hace incómoda en la corte española, atribuyéndose intrigas que hacen aconsejar a la reina María Cristina que los duques de Montpensier se trasladen a vivir a Sevilla, debido a las malas relaciones y conspiraciones que mantenía Antonio de Orleáns con su cuñada la reina Isabel II.
En esta ciudad, y gracias al patrimonio económico de Luisa Fernanda, que había heredado una cuantiosa fortuna de Fernando VII y gozaba de una excelente pensión estatal como heredera del reino, compran el palacio de San Telmo y fincas de campo en torno a Villamanrique. De esta forma, Antonio y Luisa Fernanda hacen de Sevilla un hogar y una segunda corte, donde se cuenta que se fraguaban las más importantes conspiraciones contra el trono.
Luisa Fernanda tuvo diez hijos, de los cuales fallecieron cuatro siendo pequeños, y entre los que sobrevivieron, esta, María de las Mercedes, la que más tarde sería por poco tiempo reina de España, al casarse con el rey Alfonso II y también el Infante Antonio de Orleans y Borbón, Duque de Galliera, que también se casó con una hija de la reina Isabel II, con la Infanta Eulalia.
La primera vez que los duques de Montpensier se quedan en Sanlúcar de Barrameda fue el verano de 1849, que estuvieron instalados en la finca denominada El Picacho, propiedad de María Josefa Díez de Saravia, viuda de Cortés, repitiendo también el verano del año siguiente y comenzando una relación con la ciudad que duraría toda la vida, con la compra de varias fincas para la construcción del Palacio de Orleáns y el Botánico, entre otras propiedades.
La Infanta Mª Luisa cedió a la ciudad de Sevilla la mitad de los dos jardines de su Palacio de San Telmo. Como agradecimiento, el Ayuntamiento acordó que el parque de Sevilla llevara su nombre, además erigir una estatua conmemorativa, que aunque se proyectó el año 1893, no llegó a instalarse hasta el año 1929, siendo su autor el escultor Enrique Pérez Comendador.
Se trata de una figura compacta de la Infanta en piedra, con una rosa en su mano izquierda.
La figura original se traslada el año 1972 a Sanlúcar de Barrameda y se encuentra en el Ayuntamiento, la que fue su casa, siendo sustituida el original por una copia en bronce. Luisa Fernanda de Borbón falleció en Sevilla el 2 de febrero del año 1897.
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