El día 25 de junio de 1889 se acordó poner el nombre de Isaac Peral a la calle que hasta ese momento se llamaba de los Gallegos, aunque el rótulo no se llegó a poner hasta muchos años más tarde.
En sesión celebrada el 5 de abril del año 1872, el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda le encarga el análisis de las propiedades curativas de las aguas de los manantiales de la ciudad al padre Faustino Míguez.
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