El día 9 de septiembre del año
1911, los periódicos publicaban la noticia de que el día antes, en la iglesia
de Santo Domingo de Sanlúcar de Barrameda se hallaba el cura confesando a una señora y de pronto cayó de
bruces sobre la puerta del confesionario y quedó muerto.
La señora a la que estaba confesando se desmayó de la
impresión y se produjo gran alarma entre los fieles.
El cura que estaba confesando era
Manuel López González.
La mujer a la que confesaba era Ana Otaolaurruchi, viuda
del general de la Armada Delgado Zuleta.
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