Una de las primeras margaritas que he fotografiado esta primavera y la verdad es que su colorido me encanta.
Me encantó la posición y el colorido de estas flores que se encontraban en un jardín privado.
Aquí creo que el gorrión posó para la cámara, porque no se movía de la rama.
Este en cambio no estaba dispuesto a posar, se resistía y me costó más de una hora hacer la fotografía.
Y los patitos con su madre pata, que me parecieron muy tiernos.
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