Es una Terracota de 21 centímetros que representa la figura de una mujer joven, de pie que lleva en sus brazos a un niño. La mujer, de apariencia joven, viste una túnica y sobre ella un manto que cubre su cabeza, cae por la espalda y, ya delante, sujeta con los brazos, desnudo el izquierdo, cayendo el resto ante las piernas de la representada. Con los brazos doblados sobre el vientre sujeta a un niño que se presenta de frente, desnudo, y del que se ve todo el cuerpo a excepción de las piernas.
Se ha interpretado esta terracota como representación de una divinidad, a la que estaría dedicada el santuario de La Algaida, la diosa de la Luz o alguna divinidad protectora.
Llegó al Museo de Cádiz el 28 de abril del año 1991 y procede de la excavación arqueológica realizada entre los años 1979 y 1984 en La Algaida (El Tesorillo), que estuvo dirigida por Ramón Corzo.
El santuario al que parece que perteneció debió estar dedicado a la diosa Venus, en su advocación de protectora de la navegación y del mar y se cree que estuvo en uso entre los siglos V a.C y II/III a.C.
Sobre ella Ramón Corzo Sánchez, en su libro "El santuario de La Algaida" escribe: "Entre las terracotas predomina una figura femenina con un niño en brazos, que puede representar a la diosa de la Luz, como protectora de la gestación, el alumbramiento y la crianza, o ser ella misma una imagen convencional de las devotas que solicitaran protección para los momentos cruciales de su vida".
Información: Museo de CádizFotografía de Antonio M. Romero Dorado
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