Hace unos días comentaba una entrada de Nanolo Antares en Facebook en la que decíamos que entre las "atracciones de feria" de hace algunos años, estaba la llamada Rifa de la Ratita, que era una especie de plaza de toros pequeñita que en todo su interior se encontraba llena de agujeros con un número cada uno y cada cual podía apostar por los números. La ratita permanecía en el centro de la "plaza" dentro de una lata y cuando estaban todos los números vendidos, se levantaba la lata y la rata elegía el número de abertura donde quería entrar, que se convertía en el ganador.
He encontrado en Internet una fotografía de una de esas rifas, que aunque no está ubicada en Sanlúcar de Barrameda, si era muy parecida a las que aquí venían. Además en los comentarios de la fotografía y en otros, he visto algunas curiosidades más sobre esta rifa, por ejemplo que la rata, que aquí también llamábamos como aparece en la foto "La ratita americana", que no era otra cosa que lo que hoy llamamos un hámster y que incluso el animador de la rifa llamaba por su nombre: desde Secretaria a otros nombres cualquiera que iban cambiando y que le sirvieran para hacer ripios sobre ella.
He encontrado una curiosidad que hoy puede ser divertida pero que nos da fe de cómo eran las autoridades de aquellos tiempos. La he encontrado en una página de Trebujena, y en ella contaban que el dueño de una de estas rifas no se le ocurrió ponerle otro nombre a la ratita que Rojilla, pero se vio obligado a cambiarle de nombre cuando fue amonestado por las fuerzas de orden público de esa época.
Los premios que solían dar creo recordar, y también se aprecia en la foto, que eran utensilios para el hogar, sartenes, cazos, barreños, platos, etc.
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